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Zacatecas y su Fuente de los…
La fundación de Zacatecas, ciudad con rostro de cantera y corazón de plata que en este 2024 celebra 478 años de existencia, tiene como fecha oficial el 8 de septiembre de 1546 por ser ese el día en que el español Juan de Tolosa, guiado por un grupo de indígenas de Nochistlán después de la Rebelión del Mixtón llevada a cabo entre 1541 y 1542 por los caxcanes, llegó al lugar que se convertiría con el paso del tiempo en una de las ciudades mineras más importantes de toda la Nueva España.
Aunque el primer contacto con estas tierras del norte ocurrió en ese día, hay quienes indican que fue hasta el 20 de enero de 1548 (luego de comprobar que efectivamente, había mucho mineral para extraer del subsuelo) cuando De Tolosa decidió que ahí se fundaría el Real de Minas de Nuestra Señora de los Remedios Provincia de los Zacatecas, mismo que pronto adquiriría fama, poder y fortuna suficientes para recibir del rey Felipe II el título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas en 1585 y su escudo de armas tres años después.
La fuente más polémica de Zacatecas
El recuerdo de la hazaña quedó plasmado en la popularmente conocida como Fuente de los Conquistadores. De la autoría del arquitecto Federico Sescosse y construida con cantera rosa, fue inaugurada en 1982 por el gobernador José Guadalupe Cervantes Corona justo en la intersección de las calles Matamoros, Abasolo y Tolosa, a unos cuantos pasos de la Catedral y en sustitución de la que, desde 1946, había servido para conmemorar los 400 años de la fundación de Zacatecas, obra que terminó desperdigada en pedacitos por toda la ciudad hasta que fue rescatada en 1989 por el entonces presidente del Ayuntamiento de Zacatecas, Jesús Manuel Díaz Casas, y colocada en la Plazuela de García, donde permanece hasta ahora, relegada a una especie de segundo plano.
¿Por qué tanto alboroto?
Básicamente se ha generado por dos temas.
El primero es su nombre; mientras —como mencioné al inicio de este artículo— el monumento es conocido popularmente como Fuente de los Conquistadores, un sector de la población de Zacatecas hace hincapié en que el nombre no es adecuado porque “hace apología a la crueldad de los españoles que llegaron para someter a nuestros ancestros” y dice que un nombre más justo sería Fuente de los Fundadores, a la vez que hay una tercera facción que la señala como Fuente de los Descubridores.
A ese respecto, el trabajo de historiadores como José Enciso Contreras ha puesto sobre la mesa un planteamiento interesante y contundente:
La conseja popular o el mito fundacional de Zacatecas asume que esta ciudad fue conquistada, cuando no fue así. La conquista de Nueva Galicia (territorio que comprendía los actuales estados de Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes y Nayarit) se dio entre 1529 y 1531; la Rebelión del Mixtón, que es la segunda fase de la conquista, transcurrió entre 1541 y 1542. Zacatecas se descubrió en 1546, es decir, cuando el proceso de conquista, militarmente hablando, estaba terminado. Lo que ocurrió en las tierras sobre las que luego se levantó Zacatecas fue una ocupación minera tras un proceso de búsqueda prospectora encabezada por Juan de Tolosa.
El segundo punto polémico de esta fuente reside en que, de los cuatro nombres que aparecen en ella —el propio Juan de Tolosa, Baltasar Temiño de Bañuelos, Diego De Ibarra y Cristóbal de Oñate—, sólo los dos últimos participaron en la conquista de la Nueva Galicia. De Tolosa no estuvo ahí —pero sí en la Guerra del Mixtón— y Temiño de Bañuelos era apenas un muchachito cuando se descubrió Zacatecas. Sin embargo, fue este último quien solicitó al rey el título de ciudad para Zacatecas y también cubrió el costo del escudo de armas ante el Consejo de Indias, que era la organización más importante a cargo de la administración de los territorios conquistados en América.
El que paga, manda
Temiño fue listo y, para lograr la aceptación del escudo de armas entre la población, colocó en él la efigie de los otros tres por la sencilla razón de que contaban con un amplio respeto que casi rayaba en la veneración por parte de los zacatecanos, con lo que ya no se vio tan mal al agregar su nombre (porque ni modo de pagar por inmortalizar a otros y quedarse fuera de la lista).
Así las cosas, que los nombres de estos cuatro españoles aparezcan en la Fuente de los Conquistadores/Fundadores/Descubridores/Loquesea no se debe a que ellos cuatro, juntitos y de la mano, hayan llegado a las faldas del Cerro de La Bufa y decidido crear una ciudad ahí, sino tanto a un homenaje que Temiño y los zacatecanos de ese entonces consideraron adecuado, como a una jugarreta del ego de este señor. ¡Que no está mal! Digo, todos quisiéramos ponerle nuestro nombre a algo y él tuvo la oportunidad, pero sí hay que dejar muy claro el punto para evitar una creencia errónea originada por un sesgo en la relación espacio/tiempo.
El legado
Tras 476 años, el recuerdo de esos cuatro pioneros sigue ahí, en pleno Centro Histórico, recordando a todo el que lo ve que —por más que algunos insistan en calificar a la conquista española con el mismo estigma de genocida que otras, como por ejemplo, la inglesa— somos producto del choque y fusión de dos culturas que dieron a luz a una nueva, tan única y a su vez variada según la región donde se desarrolle.
En el caso de Zacatecas, el resultado de la mezcla no pudo ser mejor. Se trata de una ciudad con muchísima cultura, tradición, heroísmo, arte y, sobre todo, con una fuerte y muy marcada identidad. En definitiva, una ciudad digna de ser considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Te invito a leer este otro artículo donde hablo acerca de la toma de aquella hermosa ciudad a manos de la División del Norte.
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