Diez historias para recordar al General Pancho Villa
Diez historias para recordar al General Pancho Villa

Diez historias para recordar al General Pancho Villa

La Coyotada, en San Juan del Río, Durango, fue la cuna de José Doroteo Arango Arámbula, quien crecería en aquellas tierras áridas del norte bronco y se convertiría en uno de los hombres más grandes que este país le ha dado a la historia bajo el nombre de Pancho Villa.


Para hacerle aunque sea un poco de la justicia que la Revolución le negó, te comparto 10 datos poco conocidos sobre el Centauro del Norte. Avanza conmigo en las páginas de este artículo y también las de la historia.

1 – Culatazo a la bolognesa

¿Recuerdas a Marty McFly —de la saga Back to the future— y su fijación con ser llamado “gallina”? Bueno, pues a Pancho Villa le pasaba algo parecido.

Estando bajo el mando de Francisco I. Madero en sus inicios como revolucionario tuvo algún problema con Giuseppe Garibaldi, coronel al mando de otro escuadrón. El italiano desarmó a un villista que cruzaba por su campamento con la inocua intención de ir al baño; el agraviado se quejó con Pancho, quien escribió a Garibaldi una nota pidiendo la devolución del arma.

El italiano le respondió que ni madres, y que si era hombre fuera por él. ¡No le dijo dos veces! El futuro General se apareció en el campamento vecino con algunos hombres armados, le echó el caballo encima, le dio un culatazo en la cabeza, lo desarmó y le dijo que agradeciera que no lo fusilaba.

Giuseppe Garibaldi

2 – La practicidad ante todo

Pancho Villa era un hombre inteligente y práctico en todos sentidos. Después de derrotar a federales y colorados en Casas Grandes, Chihuahua, se vio en la disyuntiva entre incorporar a los prisioneros a sus tropas o fusilarlos. Como no tenía retaguardias ni cuarteles y además odiaba a los colorados por traidores, mandó formarlos de tres en fondo para triplicar la efectividad de las municiones y no desperdiciarlas. Después de todo —en sus propias palabras—, “No era menos bárbaro fusilarlos de uno en uno”. Su fama de implacable comenzaba a propagarse.

Fusilamiento

3 – Su concepto de la religión

Cuando tomó pacíficamente Chihuahua en 1913, se convirtió en Gobernador del estado y comenzó una serie de cambios a favor de los pobres en la manera de gobernar, entre los que incluía convertir la catedral en un cuartel militar; sin embargo, al final decidió no hacerlo por respeto a las creencias del pueblo. A pesar de ello, dijo categóricamente:

No es sagrado todo lo que se cobija debajo del nombre de la religión. Los malos sacerdotes son los peores hombres de este mundo.

Pancho Villa

4 – El ejército al servicio del pueblo

Lo único que debe hacerse con los soldados en tiempo de paz es ponerlos a trabajar. Un soldado ocioso siempre está pensando en la guerra.

Esta frase surgió como una premisa básica en su forma de gobernar, dado que empleó a sus propias tropas para echar a andar la planta eléctrica, los tranvías, la telefonía, la planta de agua, el molino de harina confiscado a la familia Terrazas (una familia de caciques que dominaba el estado hasta la llegada de Pancho), la administración de haciendas, la policía civil y hasta el matadero de la ciudad.

Ejército Villista

5 – La muerte de un valiente

Después de la toma de Zacatecas mandó fusilar a un ex oficial federal de apellido Fuentes, al que había sumado a su cuerpo de élite, Los Dorados.

El motivo: Fuentes acostumbraba emborracharse y en una de esas mató a uno de sus compañeros. Cuando lo llevaron al paredón y se le preguntó si tenía una última voluntad, entre lágrimas hizo jurar al oficial a cargo que la cumpliría. Al obtener respuesta afirmativa, se carcajeó y dijo: “El encargo que quiero hacerles es que se vayan todos a chingar a su madre, incluido Pancho Villa”.

Sobra decir que se llevó su ración de balas, pero cuando le contaron la historia a Pancho se arrepintió de haberlo hecho matar porque le parecía un desperdicio fusilar a un tipo tan valiente.

Toma de Zacatecas

6 – Power to the people

Pancho Villa nunca tuvo interés por ser presidente de la República. Tras la derrota de Victoriano Huerta en 1914 se reunió con los dirigentes más importantes de la revolución en la Convención de Aguascalientes, en la que manifestó que ningún militar debería ocupar la silla grande y que era necesario que los generales comprendieran que, terminada la revolución, debían dejar el poder en manos de los más capacitados: los civiles, ya que los combatientes no servían para eso.

Villa y Zapata

7 – Reto suicida

En esa misma Convención de Aguascalientes, después de mostrarse tal cual era y revelar su ambición de poder, Venustiano Carranza pidió que Villa renunciara al mando de la División del Norte como condición para su cese de la presidencia. El Centauro del Norte aceptó por medio de uno de los discursos más nobles que he leído:

Propongo para la salvación de mi patria no sólo retirarme de la División, sino que presto mi consentimiento para que la Convención, que tiene los destinos de la patria en sus manos, ordene que nos pasen por las armas tanto a mí como al señor Carranza, para que los que queden a salvar la república conozcan los sentimientos de sus verdaderos hijos.

Como todos sabemos, el coahuilense no aceptó.

Venustiano Carranza

8 – La patria no se vende

1915, Guadalajara, Jalisco. El juez Duval West, enviado especial del gobierno estadounidense, se acercó a Pancho para proponerle que cediera al vecino del norte los estados de Chihuahua y Sonora, Bahía Magdalena y el ferrocarril de Tehuantepec a Salina Cruz a cambio de todo tipo de ayuda para derrotar a Carranza. El Centauro del Norte tuvo ganas de descerrajarle un tiro en ese momento al gringo, pero se contuvo y días después declaró públicamente:

He leído con desagrado en el Washington Post de hoy una declaración que falsamente se atribuye a mí, diciendo que yo no me opondré a una intervención armada por parte de varias potencias para reducir al orden a Carranza, siempre que yo mandara dicha expedición; nada más falso, grotesco y disparatado. Siempre he querido que nuestras dificultades las arreglemos nosotros mismos, y si por desgracia alguna nación invade nuestro territorio, tendría que combatir contra ella sin medir el peligro.

Duval West

9 – Utopía

Tras su rendición se retiró de la vida pública y se estableció en El Canutillo, Durango. Como si se tratara de un ave Fénix, levantó casi de las cenizas la hacienda con que el gobierno le había compensado, la expandió y la convirtió en una especie de utopía: producía trigo, maíz, frijol, lana, carne y leña; tenía un taller de talabartería, un molino de nixtamal, daba alojamiento a algunos de quienes formaron parte de sus tropas junto con sus familias, contaba con una tienda comunal que cobraba sus productos a precio de costo, telares, una planta eléctrica, un taller mecánico, una herrería, una carpintería, una oficina de correos y hasta una escuela.

Además de todo esto, todo el que vivía y trabajaba ahí recibía no sólo un salario justo, sino también todas las facilidades para asegurar el bienestar de su familia.

Pancho Villa en la Hacienda de Canutillo

10 – Un hombre de contrastes

Pancho Villa no era —como han tratado de representarlo quienes sobrevivieron a las confrontaciones revolucionarias y terminaron escribiendo la historia— un frío asesino. Se trataba de un hombre emocional, en contacto con sus sentimientos, capaz de llorar discretamente frente a la tumba de Madero y explotar en llanto en el punto álgido de los discursos que dirigía a la División del Norte para mantenerla unida y motivada.

En palabras de Ramón Puente, biógrafo, ensayista y novelista, el General era:

Valor hasta la temeridad, desprendimiento hasta el derroche; odio hasta la ceguera; rabia hasta el crimen; amor hasta la ternura; crueldad hasta la barbarie; todo eso es Villa en un día, en una hora, en un momento, en todos los momentos de la vida.

En definitiva, un hombre que amó a México como pocos lo han hecho: con honestidad, a pesar de sus evidentes virtudes y defectos, pero, sobre todo, con un gran corazón.

Villa llora la muerte de Madero

¿Qué opinas del General Villa? ¿Lo consideras héroe, villano o —simplemente— un ser humano con virtudes y defectos que actuó conforme a sus circunstancias? Cuéntamelo en los comentarios o en mis redes sociales:

También puedes echar un vistazo a la Toma de Zacatecas, una de las batallas más cruentas e importantes de la Revolución Mexicana.


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