Un recuerdo del Maestro Ricardo Salazar Berber, en el Museo de la Caricatura
Un recuerdo del Maestro Ricardo Salazar Berber, en el Museo de la Caricatura

Un recuerdo del Maestro Ricardo Salazar Berber, en el Museo de la Caricatura

El Museo de la Caricatura es una parada obligada si te encuentras de paseo por el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Pese a ello, casi no tengo fotos de ahí debido a que las láminas, cartones y dibujos en exhibición están protegidos por cristales y la posición de las lámparas causa un reflejo convenientemente incómodo que frustra aproximadamente el 80% de los intentos por obtener una buena toma. Con todo, pude rescatar algunas, y este fue el resultado:

Hampa

Con todo y que soy fan de la caricatura satírica y de protesta, además de la colección de dibujos de celebridades (sobre todo las de rock) de que hace gala el museo, la mejor parte vino al salir de las salas de exposición; no, no me refiero a esta chulada que encontré en la puerta de uno de los cubículos del baño, muestra de que algunos de los visitantes quizá merecerían un espacio en la sala de exposiciones permanentes:

Qué curioso cagas

Ni al simpático letrero que se encuentra frente al lavabo:

Baño Museo de la Caricatura

Sino al excelente trabajo que hacía el Maestro Ricardo Salazar Berber:

Ricardo Salazar Berber en el Museo de la Caricatura

Hace poco encontré esta foto que me hicieron mientras él me dibujaba. El bonito recuerdo me vino a la mente y, al buscar la manera de contactarlo a través de redes sociales, me enteré de que falleció hace poco más de tres años, el 24 de febrero de 2021.

En aquella ocasión, tuve la fortuna de platicar con él y me contó que estudió dibujo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos y pasó prácticamente toda su vida dedicándose a la caricatura. De joven formó parte del Sindicato Mexicano de Caricaturistas, asentado en lo que ahora es el Museo de la Caricatura, para después trabajar en periódicos como el Novedades, El Heraldo, La Afición, El Diario de México o El Gráfico. Debido a que siempre le gustó la aventura, prácticamente no se preocupó por guardar algo de plata para el futuro y es por eso que había regresado como dibujante al museo, donde ofrecía su arte a todos los visitantes que quisieran llevarse un bonito recuerdo.

Además de talentoso, el señor Salazar Berber era un conversador muy ameno; las andanzas de su juventud provocaban que la imaginación de todo el que lo escuchara se colorease en tonos sepia y retrocediera en el tiempo hasta llegar a viejos paisajes capitalinos, que combinan perfectamente con el blanco y negro del papel y el grafito que utiliza mientras uno esperaba pacientemente a que terminara de inmortalizarlo mientras disfrutaba sus historias.

Aunque el Maestro Salazar Berber ha trascendido a otro plano y ya no es posible disfrutar su arte en vivo y en directo, ¡No dejes de visitar el Museo de la Caricatura! Se encuentra en Donceles 99, con horario de 11 de la mañana a 7 de la tarde.



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