¿Recuerdas aquellos años en que esperabas con ansias el Día del Niño para celebrarlo con tus papás, tus hermanitos (si los tienes), tus maestros y compañeros de la escuela?
Eran tiempos geniales en que nuestras mayores preocupaciones eran tener listas las tareas antes de disfrutar un rato de tele por las tardes, terminar toda la comida aunque no nos gustara (el brócoli me dejó un reflejo pavloviano) y encontrar algo con qué jugar.
En mi caso, al ser el hermano mayor y también el de más edad entre mis primos, me tocó pasar algunos años jugando solo antes de la llegada de los demás chamacos, así que me entretenía con lo que tuviera a la mano, que generalmente eran libros porque todos mis tíos del lados materno (la parte de la familia con que conviví desde pequeño) eran estudiantes en ese entonces y no había muchas otras formas de mantenerme quieto. Así fue que desde muy peque desarrollé un gran amor por la lectura, al grado de que (no es mamada, juro que es cierto) llegué a leer incluso varios diccionarios completos y hasta la Sección Amarilla.
Otra cosa que disfrutaba mucho era armar cosas usando desde los clásicos juegos de bloques hasta pedazos de madera que encontraba en el taller de carpintería de mi abuelito y con los que podía construir cosas tan padres (o que por lo menos en mi imaginación lucían geniales) como carritos, casas y hasta un avión bombardero.
¿Por qué te estoy contando esto? Bueno, supongo que sirve como justificación para los regalitos que te traje, con la idea de que recuerdes y revivas algunas cosas geniales de tu infancia o (¡Aún mejor!) las compartas con tus hijos, sobrinos, nietos, con quien puedas y quieras. Te los dejo acá con mucho cariño aunque no te conozca, nada más porque todos fuimos niños alguna vez y nunca deberíamos perder eso de vista. Haz click en cada imagen para descargar el respectivo pack y prepara la impresora, las tijeras y los colores, porque te esperan horas de diversión.
Vamos a empezar fuerte. Si eres fan de Volkswagen, sobre todo de los entrañables vochitos, estos modelos para imprimir y armar te encantarán.
Ahora, si lo tuyo es el arte, seguro vas a disfrutar mucho con las sorpresas que encontrarás siguiendo estos patrones de color.
¡No guardes los colores todavía! Las mandalas son super relajantes por sí mismas; ahora, imagínalas combinadas con dinosaurios.
Más dinos, pero estos son para recortar y armar. Deja salir a tu niño interior y recuerda cuánto nos emocionó a muchos el estreno de Jurassic Park hace años.
¿Eras (o aún eres, que se vale) fan de Pokémon? Echa un vistazo a estos origamis.
Estos otros sí son más para tus chavitos, pero…¿Quién soy yo para limitarte? Date como magnate.
Guardé lo mejor para el final. Sólo te diré que si eres fan de la cultura pop vayas a la papelería más cercana por un paquete de hojas opalina y un cartucho de repuesto para la impresora; los vas a necesitar.
¡Feliz Día del Niño! Platícame en los comentarios cuáles de estas cosas disfrutabas cuando eras peque, cuáles aún disfrutas y qué te gustaría ver en este artículo el próximo año, porque obviamente planeo seguir actualizándolo con más cositas padres para que mantengamos viva esa chispa que aún vive dentro de nosotros.
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