Ellos nos trajeron el pan; nosotros lo conquistamos y lo hacemos nuestro día con día.
Esa es la premisa de Diego Barranco, conocido en los Internetz como Diego Barras, panadero ozumbense con más de 20 años de experiencia, de los cuales ha dedicado los últimos cuatro a la elaboración de piezas de pan —y, más recientemente, galletas— con motivos prehispánicos.
En días recientes tuve el gusto de platicar con él acerca del increíble trabajo que realiza con la masa, el cuál comenzó como meras ganas de experimentar y fusionar su noble oficio con el gusto por la cultura de México en general y, más en específico, la arqueología prehispánica.
Un pasado que se asoma a la luz (del horno)
El municipio de Ozumba de Alzate —en el oriente del Estado de México, muy cerca de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl— es muy rica en cuanto a vestigios de otros tiempos. En ella existen asentamientos y lugares que no han sido explorados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), presumiblemente debido a la falta de presupuesto asignado, aunque eso no impide que la gente pueda circular libremente en ellos; uno puede entrar como si nada y apreciar indicios de los basamentos piramidales que permanecen, en su mayoría, ocultos; o encontrar figurillas, restos de utensilios caseros y una gran variedad de piezas de gran valor cultural.
Es así que Diego empezó a interesarse por los detalles de estos vestigios y adoptarlos como su principal influencia para crear su arte gastronómico a través de Teotlaxkali, nombre que hace justicia a su significado en español: “Pan divino”.
En su casa elabora las piezas con toda la paciencia del mundo, pero también a velocidad. “Cuando eres panadero necesitas ser rápido”, menciona Diego con una sonrisa de satisfacción. Sus tiempos de producción han mejorado al grado de que una pieza grande tarda aproximadamente 40 minutos en quedar lista, aun contando con el nivel de detalle que alcanzan y el hecho de que cada galleta o pieza de pan tiene sus particularidades, ya que ninguna es idéntica a otra.
Cada pedido es personalizado, tú puedes pedir tu pieza de pan o tus galletas como las desees y tienes la garantía de que así van a quedar, aunque también hay clientes que le dan toda la libertad para ponerse creativo y crea genialidades como esta Quetzaldona.
El rango de precios va desde 20 pesitos por una bolsa con cinco galletas hasta los 70 u 80 pesos que cuesta una pieza grande de pan, de las que ya ha realizado aproximadamente 700 diferentes diseños y contando.
Independientemente de lo tentadores que son como golosina o para acompañar tu cafecito en estas tardes lluviosas, el pan de Diego es totalmente coleccionable; hay quien le ha pedido piezas incluso para conservarlas en la sala de su casa y ¡Funciona! Al estar hechas con ingredientes 100% naturales y sin ningún aditivo ni conservador, pueden durar hasta dos años sin que les salga moho o se desgasten. Sólo se endurecen, pero no pierden ni un solo detalle.
¿Qué significan para él el arte y la cultura prehispánicos?
A Diego le gusta leer acerca de las culturas prehispánicas. Los libros son importantes para nutrirse de conocimiento, pero en definitiva lo que le inspira es recorrer las zonas arqueológicas de Ozumba, sentir en sus manos lo que la tierra le permite encontrar, experimentar y conocer en el campo*. Cuando el trabajo se lo permite, le gusta ir por las tardes y meditar sobre eso, agradecer por el arte prehispánico y pedir permiso a las viejas culturas para usar sus diseños en sus creaciones.
A la conquista de la gran Tenochtitlan
Gracias a las redes sociales, el pan que hace Diego comienza a tener mayor difusión y mucha gente de la Ciudad de México ha ido hasta Ozumba a buscarlos. Para él, esto significa una sola cosa: el reto de seguir creciendo, perfeccionar su técnica, hacer sinergia con otros artesanos (locales y de otras latitudes) y lanzarse a conquistar el mercado de la Ciudad de México, esfuerzo que ya está rindiendo frutos, pues ha recibido invitaciones para participar en bazares, festivales, casas de artesanías y todo espacio con las condiciones adecuadas para conservar su producto fresco y listo para ser apreciado y que la gente lo tenga siempre a la mano.
No dudes en seguirlo en su fanpage de Facebook, estoy seguro de que este guerrero panadero conquistará tu estómago con el sabor y colorido de sus panes.
Para concluir, te dejo con estas sabias palabras de Diego:
Apoya al sector artesanal, apoya a los artesanos cercanos a tu zona, tu barrio, tu colonia, tu pueblo o tu ciudad. Los artesanos tenemos mil ideas en la cabeza para realizar, todas a mano, ya se trate de bordado, resina, todo se basa en ideas originales y son cosas que no vas a encontrar en un centro comercial.
Apoya a un artesano mexicano, nosotros te lo agradeceremos y el dinero de tus compras irá directamente a nuestras familias. Eso es lo que necesitamos para poder seguir creando. Todos los artesanos tenemos magia. En el momento en que tú nos compras algo sin pedir rebaja ni regatear, ya nos estás apoyando, y mucho. Con nosotros, tus artesanos locales, encontrarás obsequios que te harán lucir con tus seres queridos e incluso detalles increíbles para ti mismo; solo estamos esperando que venga la misma gente de nuestro país a impulsarnos y valorar el talento que existe en todo el país.
¿Me donas un cafecito? Click en este botón
