Por alguna razón, escuchar a Johnny Cash me produce cierto efecto doble un tanto extraño; al mismo tiempo que reconozco al Hombre de negro como un tipo duro y un auténtico badass, percibo en su voz componentes que nadie más podría combinar de la manera en que él lo hacía y, a la fecha, me provocan una especie de nudo en la garganta, así esté cantando sobre meterse una raya de coca y asesinar a su esposa o sobre todas las chicas con las que se encamó.
De sus cuerdas vocales salía una voz grave y experimentada, como si un alma muy vieja se expresara a través de ellas. Quizás en eso reside mi fascinación por Johnny Cash: la manera en que sus canciones calan hasta el tuétano de mis huesos y se amoldan a distintos momentos de mi vida (cosa que, hasta antes de conocerlo, sucedía únicamente con The Beatles y Queen). Están la que ya agregué a la lista de rolas que quiero que suenen en mi funeral, la que me recuerda mis correrías cuando era un muchachillo con mentalidad de “En cada puerto un amor”, la que secreta y cínicamente he dedicado a alguien a quien he lastimado (y lo he disfrutado), o aquella que me hace pensar en cierta persona especial y esbozar una sonrisa.
Música para hacerse viejo con estilo
Se trata de algo que me hace verme a mí mismo, dentro de unos años, sentado frente a mi mesa de madera (tiene que ser de madera tallada y barnizada, igual que el banco: algo no demasiado cómodo para estar ahí por breves periodos y disfrutar cada visita) con una botella de whisky, un buen disco en mi tornamesa y un cigarro en la mano. Sin celular, computadora, televisión ni nada que me distraiga de un buen atardecer de lenta transición hacia el aletargamiento de los sentidos, viendo mis últimos años transcurrir en paz.
De Johnny Cash, lo mejor que puedo decir es que siento su música con la misma intensidad que la de mis grandes ídolos históricos. Por eso te comparto —como ya es costumbre— una playlist con las mejores composiciones de “El hombre de negro”.
Notarás que faltaron muchísimas que son extremadamente populares, pero al tratarse de covers decidí ponerlas en esta otra. ¡Disfruta!
Platícame en los comentarios qué te pareció; de preferencia con un merecido trago en la mano, que hoy es un buen día para brindar por este rudo vaquero.
Si quieres disfrutar las mejores rolas de otro grande, ponte cómodo y haz click acá.
¿Me invitas un cafecito?
Pingback: Dolores O'Riordan: La dulce voz de la nostalgia irlandesa - Daniel Méndez