Durante los increíbles años en que cursé la preparatoria conocí a alguien que, a la postre, se convertiría en uno de mis mejores amigos. Algo que hacíamos muy seguido era pasar la tarde en su casa jugando ajedrez, escuchando música y, a ratos, intentaba enseñarme (aunque nunca se me dio muy bien) a tocar la guitarra. Entre las pocas que logré completar y ejecutar decentemente se encuentra esta joya interpretada por Dolores O’Riordan.
Al retomar la música de Dolores O’Riordan después de tantos años. recordé cuánto me gustaba escuchar su música en mi viejo discman mientras regresaba de la escuela a la casa, la canción con la que me enamoré de manera definitiva de su voz, lo incomprendido que me sentía a veces —como todo buen adolescente—; la primera vez que alguien me rompió el corazón, la segunda vez que alguien me rompió el corazón…y la tercera.
Pero, aún más importante, recordé que la única manera en que una persona se vuelve inmortal es a través de su legado. Las canciones de The Cranberries siempre están a la mano en mi memoria, como si fueran viejos discos apilados en el estante, listos para ser sacados, liberados del polvo y puestos en mi tornamesa cerebral.
Por eso quiero regalarte hoy este playlist con mis rolas de The Cranberries y una que otra colada de la breve etapa de Dolores O’Riordan como solista. Sé que hay muchas otras que también son buenísimas, pero éstas son las que se convirtieron en caballitos de batalla durante mi pubertad y hoy adquieren un significado todavía más especial.
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