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Mind games [Discografía Lennon]
Mind games es el título perfecto para el tercer álbum de estudio de John Lennon, lanzado el 29 de octubre de 1973. Fue polifacético, por no decir confuso; nada para sorprenderse si se tiene en cuenta que las emociones de John estaban hechas un torbellino en ese entonces.
La vigilancia (o mejor dicho, acoso) a que era sometido por parte del FBI, el intento de deportación por parte del gobierno de Richard Nixon y el poco éxito de Some time in New York City le generaron tal stress que la relación con Yoko Ono se desgastó al grado de tener que separarse de ella, lo que terminó por convertirse en una catarsis llamada The lost weekend.
Armando el rompecabezas
Una vez alejado del activismo e inmerso en sexo, drogas y rock n’ roll, se puso a hacer lo que mejor sabía: música. Las composiciones para el Mind games fueron realizadas casi un año después de su último disco; después de todo ese tiempo sintiéndose acorralado, John realmente necesitaba ese espacio, tanto que en dos meses se aventó todo el proceso sin ayuda de nadie en la producción; él se lo echó solito. ¿El resultado? Un disco que, a decir de los “expertos”, era “un simple y egocéntrico intento de redención por lo que pasó con Some time in New York City“.
La gente que opinó eso, al parecer, nunca tuvo altibajos en su vida emocional (ni empatía) para darse cuenta de que, a pesar de que las rolas de Mind games son inconexas entre sí, muestran una acuarela de sentimientos acorde con el momento que John atravesaba. Mientras Tight a$ y Meat City son fiel reflejo de que estaba (en apariencia) más que listo para dedicarse al desmadre, la abridora y homónima del álbum Mind games, Bring on the Lucie (Freda Peeple) y Only people guardan los últimos destellos (al menos, por el momento) de su conciencia social.
En contraparte, el resto del disco —Aisumasen (I’m so sorry), Intuition, Out of the blue, I know (I know), You are here— gritan a los cuatro vientos cuánta falta le hacía Yoko a John en esos momentos, cuán vacío se sentía sin ella; pero al mismo tiempo, muestran la maduración que sólo alguien que ha sido herido e incluso derrotado mientras busca el amor puede alcanzar a través de la entrega desinteresada del propio ser, al ser amado, y viceversa. Quizá es esa idea la que me hace elegir One day (at a time) como mi rola favorita del disco.
No hay mucho que analizar para saber que los juicios hechos en esa época sobre el Mind games son mera basura emitida por gente sin nada que hacer, con altas expectativas de cómo debía ser el trabajo de un ex Beatle (según ellos) y sin la menor idea de que estaban ante un hombre en reconstrucción. Simplemente, era John Lennon tratando de reunir todas sus piezas para volver a ser John Lennon. Con eso debería bastar.
Nutopia
Mención aparte merece Nutopian International Anthem.
Nutopia, el país conceptual creado por John y Yoko durante el April Fools’ Day de ese año, cumple básicamente con dos funciones: la primera es pintarle dedo a la política migratoria gringa (que, como ya dije al inicio de este post, la traía casada con el matrimonio Lennon-Ono) a través de la existencia de una nación sin fronteras que no necesita pasaportes ni leyes “más allá de las cósmicas”, por lo que pedían inmunidad diplomática. La segunda era continuar con la onda que traían de amor, paz y unión, por lo que cualquiera que deseara unirse a la nación de Nutopia sólo necesitaba proclamarse ciudadano…y ya.
Naturalmente no les funcionó, pero el concepto estaba bonito. Lo que sí funciona es escuchar el disco completo para sacar tus propias conclusiones y decidir el valor real que tendrá para ti esta pieza de arte lennoniana. ¡Disfruta!
¿Me donas un cafecito?