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John Lennon y la libertad de vivir sin etiquetas
Si hay algo que sitúa a John Lennon entre los personajes a los que más admiro es su humanidad y su libertad al vivir.
Son del dominio público su infancia difícil y su adolescencia rebelde; el arduo trabajo para llegar a la cima, la consecución del éxito, la ruptura con The Beatles, el cambio de esposa, su regreso al mundo artístico y su lamentable asesinato.
Partiendo de eso, a veces cometemos el error (por ignorancia en principio, que conforme uno se adentra en la personalidad del hombre va dejando de hacerlo) de meter con calzador los hechos en periodos específicos de su vida.
Un hombre camaleónico
Así, tenemos al John Lennon salvaje y espontáneo de aquellos tiempos en Hamburgo, cuando se atascaba de anfetaminas para aguantar las largas jornadas tocando en bares de mala muerte; al John Lennon que embarazó a Cynthia Powell sin intención, se perdió el nacimiento de Julian por estar envuelto en la vorágine de la Beatlemanía e incluso, por la misma razón, fue un mal padre y peor esposo.
Al John Lennon violento, homofóbico, cruel y agresivo, capaz de golpear a un amigo por la tontería de haberle dicho éste “Marica” debido a su cercanía con Brian Epstein; al John Lennon consolidado como Beatle; al John Lennon egocéntrico que estaba en constante pique de talento con Paul y en muchas ocasiones ninguneaba las composiciones de George y Ringo.
Al John Lennon que se enamoró de Yoko y, se quiera o no, gracias al influjo de ésta cambió su forma de ser, en gran medida para bien; al John Lennon que, tras darse cuenta de las carencias que tuvo Julian y los errores que cometió con él, abandonó el mundo de la música durante cinco años para dedicarse por completo a la crianza de Sean; al John Lennon que se consumó como actor y factor político a raíz de su mudanza a New York…y que pagaría con su vida el haberse convertido en un dolor de cabeza para la administración de Richard Nixon.
Lennon fragmentado
Aislar las partes de un todo dificulta su comprensión y eso es exactamente lo que sucede con John. Simplemente, no se le puede dividir; más que identificar sus tendencias en cada una de las etapas de su existencia, lo importante y que nos permite apreciar su lado humano es encontrar la cohesión entre ellas.
En el lado opuesto, lo que sí quise aislar para esta ocasión son las composiciones que John hizo de manera individual tanto como Beatle como en su faceta solista. Si bien es muy marcado qué temas de los firmados por el tándem “Lennon/McCartney” tuvieron mayor influencia de cada uno de ellos, me parecería injusto —igual que cuando hice el mismo ejercicio con Paul— quitar a esas canciones la mitad de su alma.
Por eso te comparto una playlist con rolas exclusivamente lennonianas; espero la disfrutes tanto como yo al armar la lista y me platiques en los comentarios cuáles son tus favoritas, cuáles quitarías o cuáles agregarías.
También puedes echar un vistazo a los 10 discos que me llevaría a una isla desierta, entre los que se encuentra uno que contiene la que, posiblemente, sea la mejor canción de rock en la historia.
¿Me invitas un cafecito?
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