No hay productos en el carrito.
Beatles for sale [Discografía Beatle]
El 4 de diciembre de 1964 salió a la venta…Beatles for sale.
El título del disco lo indica todo: la Beatlemanía estaba a todo vapor; el fenómeno tuvo dimensiones épicas y los Fab Four simplemente no paraban de producir. Había toda clase de memorabilia por doquier, discos vendiéndose como pan caliente —sobre todo después del éxito obtenido por A hard day’s night, tanto el álbum como la película—, giras, conciertos memorables como el del Hollywood Bowl, presentaciones en televisión, compromisos, compromisos y más compromisos.
Nadie vendía como ellos, nadie resultaba tan innovador ni tenía el soporte formidable que brindaba Brian Epstein a la banda (por lo menos en ese entonces, antes de que las cosas empezaran a salírseles de control). Por otra parte, nadie estaba tan agotado como ellos por todo lo arriba mencionado y esto se aprecia incluso en la portada del álbum:
El cansancio que denotan sus rostros se tradujo también en un paso atrás; pareciera que Beatles for sale es un disco grabado más por cumplir que por verdaderas ganas de hacerlo. Sin embargo, cuatro o cinco composiciones propias, como No reply y su pesadillezca visión del ser amado en brazos de alguien más, I’m a loser y su toque campirano-depresivo, la despedida llena de melancolía en I’ll follow the sun, el reclamo a las mentiras de la pareja en What you’re doing y, en contraste, la alegría de Every little thing, sumadas a algunos covers excelentemente seleccionados e interpretados —como Rock & roll music interpretada por John, o Mr. Moonlight, una bonita pieza en la que Paul agradece que el amor le haya sido enviado desde el cielo— logran conquistar al escucha y rescatar el disco a base de piezas relativamente pequeñas en comparación con otros titanes líricos, pero igualmente entrañables.
Aun cuando esta parece una producción floja o desganada, los detalles pequeños también contribuyen a que el todo se salve. El aporte innovador a través del fade in implementado en Eight days a week (algo nunca utilizado en el pop hasta entonces) o el talante depresivo de John —manifiesto principalmente en las tres primeras pistas del disco— y gracias al cual se considera a Baby’s in black como un prototipo de lo que años después sería el movimiento dark; el buen gusto de los cuatro al homenajear a grandes del rock & roll como Carl Perkins, Buddy Holly o Chuck Berry, y, sobre todo, el tributo a uno de los más grandes equipos compositores de la historia: Jerry Leiber y Mike Stoller.
Esta rola se baila sola, inyecta energía, te pone a rockear aunque no quieras. Y no es para menos: no por nada es de los mismos autores de Hound dog (una de las mejores interpretaciones de Elvis Presley); no por nada es la única rola no compuesta por ellos que figura como mi favorita del disco. Pero, ¿Qué opinas tú? Escucha el disco completo y platícame en los comentarios tus impresiones acerca de esta pieza de transición hacia cosas más grandes dentro de la historia del cuarteto de Liverpool.
Y claro, la ya tradicional playlist con cover que, paradójicamente, incluye algunas que no son de The Beatles, sino las verdaderas originales. ¿Las identificas?
¿Me invitas un cafecito?