Magical Mystery Tour [Discografía Beatle]
Magical Mystery Tour [Discografía Beatle]

Magical Mystery Tour [Discografía Beatle]

Magical Mystery Tour es una obra mucho más interesante de lo que aparenta, por lo menos al juzgar prematuramente su cubierta.

Magical Mystery Tour

El estreno llegó el 27 de noviembre de 1967, Magical Mystery Tour (la rola abridora) prometía un viaje lleno de emociones y no decepcionó, seguida del piano que en The fool on the hill envuelve bellamente al solitario personaje que disfruta de su entorno sin preocuparse por nada más, ni siquiera por aquellos que le observan danzar a través de las montañas de Niza, arriba y abajo, extrañados, sin entender el motivo de su felicidad.

De entre los cortes que componen esta placa, hay dos en especial que tienen un lugar privilegiado en la historia. Uno de ellos es Flying, primer tema casi totalmente instrumental del cuarteto (y digo “casi” porque, si nos ponemos puristas, no es instrumental al 100% debido a los coros que contiene). El otro, compuesto expresamente para el programa Our World —y compuesto al chilazo además, ya que Lennon se las ingenió para dejarlo listo 10 días antes del evento—, donde compartió escenario, a través de una transmisión televisiva a gran escala, con lo más representativo del orbe (incluido el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, que hizo lo suyo en el Zócalo y el Paseo de la Reforma). Inglaterra llevó al mundo un mensaje en la voz de John, Paul, George…y Mick Jagger, Keith Richards, Eric Clapton, e incluso Keith Moon tocando la batería hombro a hombro con Ringo:

All you need is love

Mensaje que, por desgracia (¡Y a más de cuarenta años de haberse transmitido!) nos hemos encargado de tomar a la ligera, restando importancia a una palabra que, pese a su baja complejidad fonética y gramática, encierra más verdades que cualquier libro considerado sagrado y tanta belleza de sentimientos como el corazón de un niño al evocar el rostro de su madre. Sin embargo, pese a nuestros olvidos y desidias, no todo está perdido. No, por lo menos, mientras tengamos presentes esas cuatro letras.

En temas menos viscerales tenemos a la gran I am the walrus, con su legendaria frase inicial: “I am he as you are he as you are me and we are all together” y el intencionado sinsentido que John regaló a todos aquellos ociosos que gustaban de buscar significados ocultos entre el trabajo de The Beatles (tendencia que parecía venir más o menos desde el disco anterior). Al verse burlados, los más aferrados buscadores no dudaron en tomar Hello goodbye como una prueba más de que Paul había muerto meses antes basándose en la teoría de que William Campbell —un supuesto doble que tenía el mismo aspecto, era zurdo y cantaba igual que el célebre bajista— decía adiós al presunto finado para tomar su lugar.

William Campbell

Por fortuna, ninguna de estas teorías logra desviar la atención de la gama creativa de que hicieron gala nuevamente los Fab Four en este larga duración. Desde el creciente hinduismo de George, presente en Blue Jay way, hasta la alegre tonada pop de Penny Lane o la elegancia de Your mother should know; sin dejar de resaltar la belleza de mi rola favorita del disco:


Contrastando un poco con la excelsa manufactura del álbum, que puedes escuchar aquí…

Y, por supuesto, la ya tradicional playlist con covercitos a cada una de las rolas:


Tenemos la película homónima. En su tiempo no cuajó, en parte por errores técnicos (como dársela a transmitir a la BBC en formato blanco y negro, con el que no se apreciaba la pachequez a color que los cuatro liverpoolianos habían creado) y en parte porque no se trata de una película convencional. Pensaba describir un poco la trama, sin embargo no lo haré…¡Porque no hay trama! El ego desbocado de Paul, combinado con la genialidad lisérgica de John y la eterna (hasta ese momento, al menos) disposición de George y Ringo para seguir las correrías de aquellos dos, dio como resultado un guion escrito sobre un círculo dividido en determinada cantidad de partes donde cada quién puso lo que mejor le pareció. Sin embargo, a pesar de la negativa impresión general que cosechó y a tantos años de distancia, el filme adquirió un estatus de culto obligado. No por nada Steven Spielberg lo considera una obra de arte y ensayo, aunque la mejor opinión la tendrás tú.


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