No cabe duda de que diario se aprende algo nuevo y para muestra, la plática que tuve hace algunos días con Liss Márquez, Terapeuta Ocupacional por parte del Centro Mexicano Universitario de Ciencias y Humanidades (CMUCH) en Puebla. Si eres de las personas que —como yo, hasta antes de hacer esta entrevista— piensan que la Terapia Ocupacional consiste en colorear mandalas o hacer macramé, ¡Quédate por aquí! Lo que estás por leer te sorprenderá.
Pero antes…
¿Quién es Liss Márquez?
Como te decía líneas arriba, Liss es egresada del CMUCH en la Licenciatura de Terapia Ocupacional. Sus siete años de experiencia la han llevado del servicio social en Volkswagen a ser docente en la Universidad México Americana del Golfo (UMAG), voluntaria en comunidades cercanas a Santiago de Chile por parte del programa América Solidaria, cocreadora de un nuevo método de intervención temprana dirigido a niños con autismo —basado en los modelos Denver y ABA, ambos de índole conductual— de la mano de la clínica CISNE en Playa del Carmen y propietaria de su propia clínica en la capital poblana.
¿Qué es la Terapia Ocupacional?
Se trata de un tipo de terapia dirigido buscar la independencia de las personas y el fomento a su adecuado desenvolvimiento en todas las áreas de la vida diaria afinando no sólo los aspectos motrices, sino también la comprensión que el paciente tiene sobre su propio cuerpo, cómo funciona y por qué.
Liss dirige sus esfuerzos y conocimiento a que los niños y jovencitos con Trastorno del Espectro Autista, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Síndrome de Down y chicos con otros tipos de situaciones aprendan a interactuar, divertirse, integrarse con el entorno y desarrollar las habilidades necesarias para llevar una cotidianidad adecuada pero, sobre todo, feliz.
La experiencia que adquirió en Chile resulta sumamente valiosa. Liss platica que, de entrada, mientras en México apenas se conoce la terapia ocupacional por lo que realmente es y muy pocas universidades imparten la carrera, en el país andino prácticamente todas las escuelas de nivel superior la tienen.
El poder foguearse y trabajar con especialistas en la materia le permitió conocer el área de integración sensorial y participar en diversos programas como los de transición a la vida adulta, neurodesarrollo e independencia, este último especializado en chicos de 7 a 11 años en el que aprendían a vestirse y distinguir qué ropa es la adecuada dependiendo del clima, por ejemplo.
¿Cómo sé si mi peque necesita terapia ocupacional?
Pese a que estas situaciones son detectables a partir del año y medio de edad, la falta de información o el caer en suposiciones (“A mi hermano le pasaba eso y luego empezó a hablar”, “Es que va a su ritmo, déjalo”) puede propiciar que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) se desarrolle al no existir un diagnóstico oportuno.
Liss hace mucho énfasis en que la intervención temprana de un neuropediatra es crucial para determinar si el menor está teniendo un desarrollo dentro de los parámetros establecidos como normales o si es necesario iniciar tratamiento. Y ojo, que esto no aplica únicamente para niños con autismo; ella cuenta con la experiencia y el conocimiento necesarios para trabajar con peques que tengan algún problema sensorial, complicaciones al coordinar y mover su cuerpo (en cuyo caso sólo requieren estimulación) a causa del encierro debido a la pandemia, o con los conocidos como “Picky eaters” —chicos con problemas de alimentación desde la perspectiva en que, debido a una experiencia desagradable previa, apenas ven X alimento y ya sienten náuseas; o bien, que se niegan a probar algo nuevo sin un motivo claro y definido—.
Todas estas situaciones pueden ser indicadores de que la atención es necesaria y, sobre todo, es super importante hacer a un lado mitos como aquel de que “las vacunas vuelven autistas a los niños”, perderle el miedo a lo que no conocemos y mantenernos informados.
Para ese fin, Liss recomienda este libro enfocado a padres de familia, de fácil y clara lectura:
“Cuando trabajas con autismo y discapacidad nunca paras, debes actualizarte constantemente para ofrecer el mejor servicio a tus pacientes”, menciona Liss, quien cada tres meses aproximadamente (a veces con menos tiempo entre uno y otro) toma cursos y diplomados para adquirir nuevos conocimientos e implementarlos de la mejor manera.
Además de esto, trabaja en conjunto con una psicóloga, una terapeuta de lenguaje y una terapeuta de aprendizaje, además de mantener contacto constante con neuropediatras y neuropsicólogos para, entre todos y desde sus respectivas áreas, poder brindar la atención adecuada y generar un avance óptimo en los niños.
Acércate a la Terapia Ocupacional
Como ves, todo es cuestión de conocimiento. El saber nunca está de más y si tomamos en cuenta que cada persona cuenta con un perfil sensorial único nos resultará más sencillo ser empáticos, aprender a distinguir las diversas situaciones por las que nuestros niños estén pasando e identificar tanto la terapia adecuada como la forma correcta de implementarla y a quién acudir.
Te dejo los datos de contacto de Liss, quien con gusto te atenderá. Puedes escribirle vía WhatsApp al 22 1657 9000 o bien, a través de sus redes sociales:
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¿Me invitas un cafecito?
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