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Museo del Juguete Antiguo México: Una ventana a tu niñez
Si eres un adulto cuarentón como yo (o mayor) y todavía recuerdas con cariño los juguetes que tuviste en la infancia, el Museo del Juguete Antiguo México te pondrá en contacto con tu niño interior.
Se encuentra en Doctor Olvera 15, colonia Doctores, a un par de calles de la estación Obrera del Metro de la CDMX. Pese a que la fama de la zona no me motivaba mucho, la inquietud desapareció en cuanto di con el museo; no se ve como los del Centro Histórico que se engalanan con fachadas que han visto el paso de los años desde la época colonial, ni como otros más modernos que parecen un vistazo al futuro. El edificio que alberga al MUJAM es sencillo (de hecho tiene aspecto de unidad habitacional o vecindad rehabilitada) y lo más destacado es la enorme vitrina que exhibe apenas una pequeña parte de todos los tesoros que contiene, en conjunto con los geniales graffitis que adornan su estacionamiento.
Sin embargo, al cruzar la puerta pude sentir cómo el tiempo comenzaba a retroceder y me llevaba al interior de las salas sumergiéndome en tantos recuerdos no sólo de mi niñez, sino de la de mis padres y hasta de mis abuelitos, conocida gracias a los relatos que me regalaron durante tantos años.
Así, comencé un recorrido que todo el tiempo me mantuvo brincando de una época a otra. Dentro del MUJAM no existe el orden cronológico porque, sencillamente, no es necesario. Me encanta entrar ahí y no saber hacia dónde voltear primero por tantas cosas bonitas que se encuentran desperdigadas entre mesas, estantes y vitrinas; lo mismo me topaba con troquitas como las que divertían a mi papá cuando era niño, que con la primera edición de mis amados Caballeros del Zodiaco (en ese entonces no les decíamos “Saint Seiya”) que llegó a México cuando yo tenía unos cinco o seis años.
En el camino me reencontré con viejos amigos como los Hot Wheels, los luchadores de plástico llenos de rebabas que se despintaban después de un rato de jugar con ellos ¡Pero cómo me encantaban! o los yoyos Duncan que hacían las delicias de todos en el patio de la escuela cuando nos poníamos a competir para ver quién tenía los mejores trucos.
Muchas de estas piezas de colección están a la venta y realmente te sorprenderían los precios que algunas de ellas alcanzan, aunque si lo piensas un poco, ¿Los recuerdos tienen un precio fijo? ¿Alguien se tentaría el bolsillo si se encontrara de frente con un juguete que le trajera a la memoria los momentos más hermosos de su infancia?
Conforme avanzaba a través de las salas recordé a Batman y Robin en distintas versiones, a los Halcones Galácticos y, por supuesto, todos esos juguetes que tienen un dejo de nostalgia mezclado con un no-sé-qué un tanto siniestro; de repente sentía como si me miraran, como si quisieran decirme que jugara con ellos un poco para devolverles algo de la vida tan agitada que tuvieron hará unos 50 años o más.
Me dio mucho gusto ver a gente de mi edad o más jóvenes llevar a sus hijos y sobrinos a conocer los juguetes que marcaron tendencia para nosotros; siempre es placentero echar un vistazo al pasado y recordar cuando nuestras únicas preocupaciones consistían en saber a qué íbamos a jugar ese día.
No dudes en visitar el Museo del Juguete Antiguo México. Está abierto de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas, los sábados de 9:00 a 16:00 y los domingos de 10:00 a 16:00. La entrada cuesta 75 pesitos, por lo que vale la pena cambiar una caguama y botana domingueras por un buen rato conviviendo con viejos amigos de la infancia.
Te invito también a echar un vistazo a la bonita galería que armé con algunas fotos que hice en el Museo del Juguete Antiguo México y a seguir sus redes sociales del para mantenerte informado acerca de sus actividades, te garantizo que más de una te sacará una sonrisa.
¿Me invitas un cafecito?
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