Johnny Unitas, el brazo dorado que aún brilla

Al inicio de una nueva temporada NFL, aprovecho la ocasión para “recordar” a uno de los QBs más grandes que el deporte de las tackleadas ha visto cubrirse de gloria: Johnny Unitas.

Entrecomillo la palabra “recordar” porque no tuve oportunidad de verlo jugar directamente (se retiró 11 años antes de que yo naciera) y, aunque también tiene historia con Steelers y Chargers, es gracias a mi afición por los Colts que comencé a adentrarme e investigar su legado.

Resulta que Johnny “Golden Arm” Unitas fue ni más ni menos que el primer QB en aventurarse a inaugurar un circo aéreo en una NFL que se caracterizaba en aquel entonces por ser dominantemente defensiva y porque casi todo el peso de la ofensiva recaía en los corredores. Su juego por pase rompió no sólo los esquemas defensivos de cada equipo al que se enfrentaba, sino que también construyó una gran herencia y dejó la vara muy alta durante 52 años gracias al récord de más juegos consecutivos con el menos un pase de anotación, mismo que duró hasta que Drew Brees —otro tipo con una bazooka en el brazo— tuvo los arrestos suficientes para romperlo en 2012.

Dar la primera temporada ganadora a un equipo como titular después de algunos traspiés como suplente no debió ser fácil, pero seguro le supo a gloria. 1957 fue el año en que los entonces Baltimore Colts lograron un récord de 7-5, lo que a la postre se convirtió en la antesala de la gloria; al año siguiente, en el que ha sido nombrado como “El más grande juego jamás jugado”, los de la herradura conseguirían su primer campeonato de la NFL ante los New York Giants en su propia casa.

Además de eso, logró la nada despreciable cantidad de cuatro designaciones como MVP —en 1957, 1959, 1964 y 1967—; 10 apariciones en el Pro Bowl, dos campeonatos NFL y un Super Bowl de alarido ante los Cowboys, aunque por una lesión no terminó uno de los partidos más emocionantes, de esos que se definen en los últimos segundos.

Después vendrían el cambio a San Diego, la debacle, el retiro, su ingreso al Salón de la Fama en 1987 y, a manera de homenaje póstumo, su selección dentro de los mejores 100 jugadores en la historia de la NFL. Como dije antes, no tuve la fortuna de verlo jugar, pero conocer sus logros y descubrir que antes de la gloria que representó Peyton Manning para los Colts existió alguien que sirvió como prototipo para el QB de la era moderna me hace sentir feliz por seguir a un equipo con tanta historia.

Además…ese corte de cabello sí se puede ver.

Si quieres conocer al otro QB legendario que ha portado una herradura en el casco, haz click aquí.

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