No hay productos en el carrito.
CUENTO – Una macabra visita del ratón de los dientes
La presión en mi mandíbula es insoportable; Un dolor en los dientes que me hace sentir como si me hubieran machacado la boca a martillazos me despierta. Abro los ojos y miro alrededor. No hay nada ni nadie ajeno a mi recámara, estoy solo en la cama, rodeado de bruma, pero ¿Por qué diablos hay bruma dentro de mi recámara?
Me levanto para lavarme los dientes en el lavabo que hay en mi habitación -y que no recuerdo haber instalado-. Pongo algo de crema dental en el cepillo, lo acerco a mi boca y…
¿¿¿Por qué me duelen tanto los dientes???
Acerco la cara al espejo y descubro la razón. No sé cómo pasó, debo haber apretado demasiado los dientes al dormir, ¡Pero no era para tanto! Es como si mis incisivos y caninos hubieran sido cincelados mientras dormía y, de ser piezas firmes y duras, pasaron a ser una hilera de finísimas agujas en su parte superior, mientras la base parecía intacta. Algunas de ellas incluso se ven como las cerdas de una brocha, los nervios asoman y duelen al contacto con la saliva, con la lengua, con el aire.
Intento acomodar los dientes que están fuera de su lugar sin éxito; el dolor es cada vez más agudo. Trato entonces de recortar las puntas más finas, quisiera darle una apariencia más normal a mi boca, por lo menos para ir al trabajo por la mañana y después al médico. Sin embargo, las púas que están donde deberían estar mis dientes no ceden, ni siquiera las más delgadas.
¿Cómo diablos iré a la oficina? ¿Cómo haré para mantener la boca cerrada? ¿Cuánto dinero me va a costar esto? podría ir olvidándome de la laptop que estaba por comprar o de los boletos para el concierto de Paul McCartney.
…
(El Blues de Jeffrey Dahmer suena en mi celular, la alarma dice que son las 6:30 A.M.)
…
Despierto empapado en sudor, tocándome la boca sin importar que mis dedos estén sucios. Quiero saber que mis dientes están ahí, a salvo y completos. Seco el sudor que corre por mi cara y, aunque me cuesta trabajo normalizar la respiración, me levanto para ir al baño, verme en el espejo y cerciorarme. Necesito darme un regaderazo para borrar esa horrible visión de mi cerebro, se hace tarde para el trabajo.
El bruxismo es un problema muy común entre quienes vivimos o hemos vivido con una cantidad excesiva de stress. Si te ha sucedido, te recomiendo visitar a tu dentista para que te revise, no querrás terminar sin muelas como tu servidor.
¿Quieres leer otra pesadilla producto de un ritmo de vida acelerado? Dale click aquí.
¿Me donas un cafecito? Click en este botón