Entre la exquisita selección de canciones contenidas en el Revolver de The Beatles se encuentra Eleanor Rigby, una impactante oda a la soledad o, mejor dicho, a la gente solitaria.
Todos, en algún punto de la existencia y gracias a nuestra condición humana, hemos tenido esa sensación de abandono, de no pertenecer a ninguna parte o entorno, de no tener rumbo o un propósito claro.
El ausentismo por parte de aquellos que, en algún momento, juraron estar a nuestro lado brindándonos su amor, compañía y comprensión; la indiferencia que golpea como un látigo empapado en agua helada; el dolor, la sensación de vacío. El silencio. La nada. Todos ellos, factores que pueden desde destruir y hundir a las almas más sensibles, hasta convertirse en un nuevo comienzo para aquellos que resultan más resilientes de lo que imaginaban, a pesar del dolor, las lágrimas y los lamentos.
Depende del cristal con que se mire y la fortaleza anidada en cada ser.
Una anécdota interesante acerca de esta composición de McCartney es que, para su título, se utilizó el nombre de la actriz Eleanor Bron, y el apellido fue tomado de una tienda de abarrotes en Bristol; además, curiosamente, durante la década de los 80s, en el patio de la iglesia St. Peter (lugar muy frecuentado por Lennon y McCartney durante su juventud pre-Beatle), se encontró una lápida con ese mismo nombre.
La canción adquirió una relevancia tal, que su letra inspiró al artista Tommy Steele para crear una estatua intitulada «Donated to all the lonely people», la cual se encuentra en Stanley Street, Liverpool.
Y por supuesto, no podía faltar la selección de covercitos realizados por artistas que, de una u otra forma, encontraron el modo de honrar a una de las canciones más corrosivas del catálogo Beatle.
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