¿Qué es lo más llamativo de un artista de la talla de Vincent van Gogh, además de su obra?
Vincent van Gogh es uno de los pintores más representativos del post-impresionismo y uno de los más enigmáticos. Recordado eternamente como aquel pintor que se cortó la oreja, “el loco”…detalles que eclipsan otros elementos interesantes de su vida tales como su afición a la escritura epistolar, su enfermedad y su muerte.
Loving Vincent (2017) explora esos elementos olvidados a partir de sus cartas, sus pinturas y sus dibujos para intentar desvelar su muerte, todo acompañado por una animación al óleo a partir de la obra del neerlandés; pero sólo realizada después de la actuación del reparto seleccionado detalladamente y con gran acierto.
¿Cuántas veces hemos escuchado hablar a una persona sobre algún aspecto de la vida de alguien a quien admira? Hoy en día es muy común ver a la gente seguir paso a paso a su celebridad favorita, tarea que los medios de comunicación en conjunto con la tecnología han facilitado. Hoy en día es muy fácil saber desde dónde comió tal actor acompañado de tal actriz, pasando por qué cantante se divorció, qué productor abusó de qué actriz e incluso, qué músico se suicidó; la información (banal o no) viaja a una velocidad impresionante.
Sin embargo, si bien actualmente es más fácil acceder a esa información, lo cierto es que antes esa necesidad de querer saber sobre alguien célebre también existía y también se accedía a ese conocimiento, sólo que de forma distinta. La web reemplaza a los periódicos, el correo electrónico a las cartas escritas a mano y, en ambas épocas, pasar de voz en voz es lo más deleitable.
Vincent van Gogh, el hombre detrás las misivas
Como ya mencioné, Vincent Van Gogh era un amante de intercambiar correspondencia, escribía cartas (principalmente a su hermano Theo) para informar lo que pasaba con él, asunto de sumo interés para sus cercanos debido a su enfermedad; documentaba su día a día así como su opinión al respecto de lo que le rodeaba, dejando así un testimonio valioso de lo que fue su vida para la posteridad, pues a 131 años de su muerte sigue siendo célebre a pesar de haber tenido una carrera corta.
Otra forma en la que se supo mucho de su vida y que, de hecho, es otro elemento que guía el argumento del filme, fue a partir de la gente que convivió con él. Sí, el pintor era una persona solitaria que prefería pintar y dibujar que entablar relaciones (quizá por ello esa pasión por el intercambio epistolar). Sin embargo, eso no significa que no se relacionara con nadie. Vincent Van Gogh estableció algunas amistades (muy pocas en realidad) de cortesía e incluso se enamoró. Cuenta de estas relaciones dieron las personas que lo conocieron y convivieron con él frecuentemente aunque, como siempre, fue criticado y defendido por su peculiar personalidad.
A pesar de las 800 cartas escritas y el estar constantemente en los temas de conversación de la gente que lo conocía, sólo un aspecto sobre él sigue sin ser descifrado hasta la fecha: su muerte.
Habiendo dos puntos de vista al respecto, sólo algo es certero: falleció a causa de una herida de arma de fuego. Lo que se sigue discutiendo es si fue suicidio u homicidio. Las opiniones continúan divididas y la película no toma parte por ninguna de ellas, dejando que el espectador sea quién decida qué creer.
Cartas, misterio, pintura y conmoción juntos, una verdadera joya visual, una obra de arte en toda la extensión de la palabra, que da testimonio del lado desconocido, por muchos, de Vincent van Gogh.
La reseña que acabas de leer es de la autoría de Issa Alvarado, quien amablemente colaboró con este website a honras del Blog Day 2021. En su blog The Issiz Westenra’s Notebook encontrarás muchísimos artículos igual de buenos que este e incluso mejores, así que no dejes de darte una vuelta por allá, disfrútalos y compártelos con todos los amantes del cine, la literatura y la mitología que conozcas. Seguro les va a encantar.
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