Las redes sociales son un arma de doble filo. Por un lado, tienen el poder de devolver a Internet aquel viejo mote de «Supercarretera de la información» gracias a que permite obtener información de primera mano. En contraparte, se presta mucho también para que esta nos llegue sesgada, lo que distorsiona la percepción de la realidad en el receptor.
Muestra de esto es lo que sucede con los abusos cometidos por Israel bajo la alcahuetería de Estados Unidos. Un buen sector de la población esta indignadísimo, protesta y vocifera; hay quienes dicen estar tristes por tanta maldad en este mundo, pero se limitan a compartir en redes sociales fotos de palestinos ensangrentados o mutilados, niños muertos y ciudades arrasadas; en el mejor de los casos, compartirán alguna iniciativa de change.org con la ingenua idea de que reunir firmas que nadie va a leer sirve de algo, más por la falsa sensación de estar haciendo algo al respecto que por la utilidad real de estas acciones.
¿Quieres que Israel le pare a su desmadrito y deje de masacrar a esa pobre gente de Gaza? Bueno…
Lo que mueve a este mundo es el dinero, todos lo sabemos. El que paga manda, y en este caso Israel está excelentemente respaldado por los Estados Unidos de América. Es claro que estoy hablando del ya famoso a nivel mundial boicot económico, aunque no soy tan insensato como para proponer no consumir absolutamente nada que venga del mercado gringo cuando somos un país totalmente dependiente del vecino del norte. Sin embargo, sí podemos dejar de consumir productos israelíes. Te sorprendería la cantidad de marcas que existen en el mercado provenientes de Israel, o extranjeras con importante presencia e inversión en el país de la estrella de David.
Te presento el website de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), una herramienta que ha servido para ejercer presión económica y política contra los que tienen tanto poder como para corromper el entorno sociopolítico de países enteros. Haz click en la imagen e infórmate de manera objetiva acerca de todas esas marcas que, de una u otra forma, cooperan para que todos esos proyectiles sigan cayendo sobre la Franja de Gaza.
Esta es la manera de hacer la guerra sin violencia, sin desgastarse a lo tonto y, lo más importante, dejando a un lado las poses mamonas y las pretensiones de superioridad que ciertas personas gustan lucir en lugar de aportar algo productivo.
¿Le entras, o te vas a limitar a orar por la paz, como si eso hubiera servido para algo bueno alguna vez?
¿Me invitas un cafecito?
